Según datos de Grayscale Investments en su informe The Metaverse, Web 3.0 Virtual Cloud Economies, el metaverso representa una gran oportunidad de mercado, ya que se estima que sus ingresos anuales sean superiores a un millón de millones de dólares.
Y es que, en la actualidad, ya hay organizaciones que están desarrollando varios ejemplos de metaverso, es decir, plataformas para crear experiencias de usuario enriquecedoras, intensas y fluidas que, a su vez, puedan abarcar el mundo físico y digital. Sin duda, su aplicación será infinita, dado que cada vez se crearán más mundos paralelos en los que podrás convivir e intercambiar tus avatares, a pesar de que cada metaverso tendrá diferentes funcionalidades.
El término de metaverso está compuesto por “meta” (más allá) y “verso” (universo), es decir, significa de manera literal “más allá del universo”. Este concepto se utiliza, principalmente, para referirse a un mundo digital, desarrollado en la Web 3.0, que actuaría como una extensión de la realidad.
En este metaverso, los humanos, a través de un avatar, podrían interaccionar entre sí, ya que esta plataforma brinda a sus usuarios experiencias de realidad virtual y realidad aumentada. En definitiva, los usuarios pueden disfrutar de espacios en línea compartidos y que siempre están disponibles, es decir, no desaparecen cuando se terminan de usar como sucede, por ejemplo, con una llamada de Zoom.
Si bien el concepto estricto de un metaverso completo podría tardar años o, incluso, una década entera en desarrollarse, es cierto que ya puedes acceder a algunos de estos espacios con un ordenador o smartphone, conexión a internet y una wallet. Sin embargo, cabe mencionar que su descripción es tan amplia que hay quien dice que el metaverso ya existe en algunos mundos digitales, como Roblox, Minecraft y Fortnite, los cuales ya permiten a los jugadores reunirse en entornos 2D.
En este sentido, a día de hoy, podemos distinguir, principalmente, dos tipos de metaverso:
Metaverso tradicional: son la evolución natural de los actuales videojuegos virtuales.
Metaversos de blockchain: en esta clasificación, existe una distinción de los metaversos entre centralizado y descentralizado.
Metaverso de blockchain centralizado: todo se rige por una organización central, es decir, la empresa creadora del mundo virtual tiene todos los datos de los usuarios, siendo la única que decide sobre su futuro.
Metaverso de blockchain descentralizado: opera a través de organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) y tienen una economía virtual completamente autónoma, controlada por los propios usuarios.
El metaverso está abriendo un universo muy atractivo para los profesionales, los cuales tienen la posibilidad de orientar su carrera a un mercado muy distinto al actual y con grandes posibilidades de crecimiento. Sin ir más lejos, durante el último trimestre de 2021, Meta (antiguo Facebook) anunciaba la creación de 10.000 puestos dentro de la Unión Europea para trabajar en la construcción de su metaverso, con una inversión de 50 millones de dólares.
Asimismo, se estima que, en 2030, existirán trabajos especializados en metaverso, como el Investigador del metaverso (Metaverse Research Scientist), Planificador de metaverso (Metaverse Planner), Desarrollador de ecosistemas (Ecosystem Developer) o Ciberseguridad en Metaverso (Metaverse Cybersecurity), entre otros muchos.
Y es que, a día de hoy, ya existe una gran demanda de profesionales especializados en las empresas, dada la gran cantidad de ejemplos de uso del metaverso actuales que encontramos. Entre ellos, destacan los siguientes:
Existen varios ejemplos de metaversos que tienen aplicaciones relacionadas con el ámbito de los bienes inmuebles.
Por ejemplo, encontramos Decentraland, un mundo virtual con economía blockchain que permite que sus usuarios comercialicen como lo harían en el mundo físico. De hecho, recientemente, en esta plataforma se subastó un parche de propiedad virtual por un precio de 2,4 millones de dólares. Asimismo, su competidor, Sandbox, también marcó otro hito al vender una parcela de terreno virtual en su interior por 4,3 millones de dólares en noviembre de 2021.
Aunque se piense que la moda virtual es algo muy reciente, no es así. Y es que, en 2019, Louis Vuitton ya se asoció con Riot Games para crear máscaras originales y una colección de moda para el juego League of Legends (LOL), cuyo precio osciló entre los 170 dólares por un bandeau hasta más de 5.000 dólares por una chaqueta de cuero.
Asimismo, en 2020, Balenciaga lanzó su colección de Otoño como si se tratase de un videojuego, al que llamaron Afterworld. Por último, Zara también se ha trasladado al espacio virtual y ha creado una colección de ropa para los avatares digitales del metaverso Zepeto.
Esto es solo un pequeño comienzo de todo lo que está por llegar. En este sentido, se espera que muchas marcas y diseñadores independientes incursionen en el metaverso para lanzar colecciones específicas para metaversos.
El e-learning creció de manera exponencial como consecuencia de la pandemia por la Covid-19, algo que también ha favorecido el hecho de que cada vez más se vea a la formación en línea como un gran aliado para obtener conocimientos desde cualquier parte del mundo.
No obstante, muchos usuarios opinan que se ha perdido la interacción entre profesores y alumnos, o incluso entre los mismos compañeros de clase. En este sentido, con el metaverso se pretende conseguir un contenido más interactivo e inmersivo, además de favorecer el networking y las relaciones sociales tanto dentro como fuera de clase.
Otro ejemplo de los usos del metaverso es la producción de conciertos virtuales. En estas plataformas, los artistas tienen la capacidad de actuar como avatares virtuales en espacios 3D y los fans pueden sumergirse en el concierto desde su propia casa.
Este es el caso de Ariana Grande que, en agosto de 2021, hizo un concierto virtual dentro del videojuego Fortnite, al que asistieron alrededor de 78 millones de usuarios. Asimismo, en noviembre de ese mismo año, Justin Bieber también realizó un concierto virtual en el metaverso, pero, en este caso, se gestionó a través de la plataforma de entretenimiento virtual Wave y se transmitió en vivo en YouTube. Sin embargo, los usuarios solo podían interactuar a través de Wave.
Las interacciones digitales con Web3 y Metaverso representan una nueva revolución digital. Si se adopta su uso de manera masiva, la forma en la que compartimos y poseemos la información, nuestra percepción del "valor" digital y nuestro papel como usuarios cambiaría totalmente.
En este sentido, para superar algunos retos que presenta este nuevo mundo, como la percepción del valor digital de los diferentes activos o la seguridad de los datos, hay que vincular el concepto de metaverso con la tecnología blockchain, ya que este mismo representa un sistema seguro para transferir este valor.
De esta manera, gracias al blockchain, sería posible representar la propiedad de los activos digitales o físicos y certificar su autenticidad y singularidad, de manera que permita a sus creadores ser propietarios de su trabajo y beneficiarse de ellos.
Sin duda, la tecnología blockchain tiene el potencial de cambiar de forma definitiva el modo en que gestionamos la información en el entorno digital, pero, para poder adoptarla de manera masiva, debe hacer frente a una serie de desafíos legales y de experiencia de usuario.
Por esta razón, existe la necesidad de crear soluciones orientadas hacia cómo mejorar la privacidad y la seguridad de los usuarios en las redes Blockchain o cómo favorecer la adopción de las Finanzas Descentralizadas (DeFi) y la tokenización.
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