Desde la crisis económica de 2008, el mercado laboral ha experimentado una rápida y profunda transformación. La relación entre empresas y trabajadores es, en general, más líquida, lo que ha propiciado un aumento exponencial de profesionales independientes que consolidan, año tras año, la denominada economía gig.
Asimismo, la pandemia de la covid-19 ha fortalecido nuestra relación con las nuevas tecnologías, favoreciendo la proliferación de plataformas digitales destinadas a ofrecer productos y servicios tanto al consumidor como a las empresas: aplicaciones de transporte, de delivery, de contratación de freelancers para proyectos puntuales, de compras en grandes superficies y tiendas de ropa, etc.
Esta tendencia emergente de oferta de bienes y servicios mediados por aplicaciones digitales ha abierto un nuevo nicho de mercado que ha sabido detectar la startup Lana, una de las seis empresas ganadoras de Santander X Global Challenge | Finance For All, un reto global de Santander X, la red de emprendimiento de Banco Santander, con el que buscaba identificar las startups y scaleups más innovadoras y con mayor potencial de crecimiento en el ámbito de la inclusión financiera.
Hablamos con el CEO de Lana, Pablo Muñiz, para que nos explique cómo han conseguido con su aplicación hacer accesibles los servicios financieros a trabajadores gig de Latinoamérica.
Queríamos promover la inclusión financiera en Latam, ya que muchos trabajadores, fundamentalmente de la economía gig, no tenían acceso a servicios bancarios tan elementales como disponer de una cuenta, una tarjeta o un crédito. Esta situación les excluía del sistema. En un primer momento, la creación de la aplicación respondió a este objetivo.
Con el tiempo, detectamos que nuestros usuarios tenían más necesidades a las que podíamos dar respuesta, así que decidimos extender la idea de la aplicación para seguir derribando las barreras con las que tradicionalmente se ha topado el segmento de la población no bancarizada.
En este sentido, generamos un ecosistema desde el que, además de poder acceder a sus primeros instrumentos financieros, se les ofrece la posibilidad de beneficiarse de un adelanto de su nómina, así como de múltiples productos que hemos centralizado en un Marketplace: desde adquirir un nuevo teléfono móvil hasta contratar un seguro.
Sin duda, el principal reto fue conseguir cambiar un modelo que en Latam estaba muy arraigado: el del uso generalizado del dinero en efectivo y la baja bancarización. En segundo lugar, tuvimos que buscar la manera de deshacer trabas que nos encontrábamos de entrada; ateniéndonos, a su vez, a las leyes y regulaciones locales. En muchos casos, hemos logrado implicar a los propios reguladores con el fin común de hacer realidad la inclusión financiera.
Como toda startup, tuvimos que aprender y reaprender continuamente de nuestros errores y aciertos. Además, como he mencionado, se nos presentaron obstáculos considerables relacionados con temas regulatorios y de dependencia de terceros.
En octubre de 2021, por ejemplo, le retiraron a nuestro partner de Fintech as a Service de México la licencia para operar; un revés que nos impidió captar nuevos clientes y, en consecuencia, seguir creciendo. No obstante, como llevábamos varios meses haciendo las gestiones para que nos concedieran nuestra propia licencia ̶ la cual fue aprobada pocas semanas después ̶ vamos a poder retomar nuestra senda de crecimiento a partir de marzo de este año.
Otro contratiempo importante fue la salida de México de la plataforma de entrega de comida a domicilio SinDelantal. Al margen de Cabify, era nuestro primer cliente y decidieron cerrar su operación en este país tres meses después de haber arrancado con el proyecto.
Cuando creamos Lana, nos centramos en un propósito que para nosotros es fundamental: facilitar a los gigs la administración de sus cuentas personales y posibilitarles el acceso al sistema financiero.
Sin embargo, cuando empezó la pandemia, todo el proceso se aceleró porque la población recurrió a los canales digitales para pagar, cobrar, ahorrar o enviar dinero desde el teléfono móvil. Era el momento de incrementar la inclusión y trabajar por una sociedad más igualitaria, simplificando los procesos de acceso al crédito y de adelanto de fondos.
Por este motivo, la nueva herramienta que hemos desarrollado permite potenciar negocios y que las personas puedan financiar las compras de los productos que necesitan.
Sí, recuerdo el de Almudena: una conductora que, cuando empezó la pandemia, estaba terminando de pagar el crédito de su camioneta. Si no hubiera contado con los créditos de emergencia que pusimos en marcha en Lana, no hubiera podido hacer frente a los pagos y hubiera perdido el vehículo. ¡Podría explicar muchos casos más semejantes al de ella!
Justamente lo más gratificante son las historias de éxito de nuestros usuarios. Saber que les estamos abriendo nuevas oportunidades para ascender en el ámbito social y mejorar su calidad de vida. Nos consta que ahora, gracias a Lana, no solamente tienen acceso a préstamos y a otros productos que les facilitan su vida, sino que su salud financiera también ha mejorado.
Además de reforzar nuestra marca y la confianza de nuestros clientes y partners, hemos podido contar con la mentoría de los mejores especialistas en estos productos verticales. Su conocimiento es un intangible de valor incalculable para nuestra organización; sobre todo, en áreas en las que nosotros debemos acelerar nuestro conocimiento.
Ayudar a las personas y a las empresas a progresar es la principal misión de Banco Santander, que incluye garantizar el acceso a los productos y servicios bancarios a toda la sociedad. En este sentido, la inclusión financiera es fundamental para la reducción de la desigualdad y la creación de nuevas oportunidades.
De ahí la importancia de la existencia de iniciativas como Santander X, una plataforma que pretende impulsar el talento creando una red global en la que los emprendedores puedan dar visibilidad a sus proyectos, entrar en contacto con otros miembros del ecosistema Santander X y encontrar nuevas oportunidades, colaboradores y mentores que les ayuden en el desarrollo de su proyecto.
Además, Santander X entiende que la innovación no es solo cosa de los emprendedores, sino también de las personas a las que sirven sus soluciones. De esta manera, al empoderar a las empresas para que crezcan, Banco Santander está impactando directamente en las vidas y negocios de sus clientes y proporcionando nuevas oportunidades de comercialización y generación de ingresos.
Consulta el portal de Santander X, donde encontrarás un amplio abanico de iniciativas de formación enfocadas en impulsar y dar visibilidad al emprendimiento. ¡Aprovecha esta oportunidad!
Pablo Muñiz, CEO de Lana